Nuestra escuela fue fundada en junio del año 2003, en un espacio facilitado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Desde un inicio, nuestro principal objetivo fue tratar de aportar a la sociedad ecuatoriana, formando ciudadanos íntegros a través de los principios del budo y las artes marciales.
Para realizar nuestras actividades, contamos con un selecto grupo de instructores que día a día trabajan para brindar a sus alumnos la mejor calidad de enseñanza.
Nuestras clases son dirigidas para hombres, mujeres y niños, de cualquier edad y condición física, el único requisito es tener muchas ganas de aprender y mejorar.
Recordando los orígenes, en la antigüedad, aprender artes marciales era una necesidad básica de supervivencia, literalmente era matar o morir. En la actualidad, las cosas son diferentes, las artes marciales son enfocadas para cuidar la vida.
Los principales enemigos que nos afectan, están relacionados con el convivir diario propio de una sociedad acelerada. En este contexto, los grandes problemas que se presentan, están asociados con el estrés, la ansiedad, el sedentarismo y la baja autoestima; los mismos que suelen tener desenlaces negativos, a veces fatales, afectando nuestra salud física y mental. Por supuesto también hay el riesgo de ser agredidos por un asaltante o un desadaptado, en cuyo caso si no estamos preparados para actuar correctamente puede ser fatal.
Las artes Marciales modernas, a más de ser una excelente herramienta de autodefensa, nos enseñan a luchar contra estos enemigos invisibles.
En nuestra escuela, nuestros alumnos adquieren fortaleza física, espiritual y mental, para no dejarse vencer ante tales amenazas.
Nuestra mayor satisfacción es escuchar los testimonios de los padres de familia, cuando manifiestan que desde que sus hijos empezaron a practicar Artes Marciales, mejoró su comportamiento, disciplina y actitud hacia la vida. De igual forma es muy gratificante escuchar a los jóvenes y adultos, cuando manifiestan que venir al Dojo, es lo que les permite eliminar toda la tensión acumulada en sus actividades cotidianas y así lograr un equilibrio en su vida.
Queremos seguir aportando, para evolucionar a una mejor sociedad, con un grupo de guerreros que tengan firmes sus valores y principios, y en el ámbito en que se desempeñen pongan en práctica los valores y principios aprendidos en las clases de Artes Marciales.
Bienvenidos a SEI SHIN KAN “La casa del Corazón Sincero”.
Cordialmente,
Luis Castillo
DIRECTOR